El cardo mariano (Silybum marianum) es una planta medicinal usada desde hace siglos como apoyo natural para la salud del hígado y de la digestión. Su principio activo, la silimarina, es un complejo de flavonolignanos con propiedades antioxidantes y hepatoprotectoras. Hoy, el cardo mariano es uno de los suplementos de fitoterapia más estudiados en prevención hepática y detoxificación.
Sus usos principales incluyen:
Las propiedades más estudiadas del cardo mariano incluyen sus funciones como:
A menudo se le atribuye el epíteto de “planta con propiedades mágicas”, pero es importante recalcar que es un suplemento, por lo tanto, no sustituye tratamientos médicos ni actúa como remedio milagroso.
Aunque es de las plantas medicinales más seguras, hay peligros y contraindicaciones a considerar.
Aunque raro, el uso inadecuado o en dosis muy altas podría conllevar interacciones, por eso es importante saber cómo tomarlo y consultar con un profesional.
El cardo mariano es una planta con una larga tradición en fitoterapia y evidencia creciente en apoyo hepático y detoxificación. Sus propiedades antioxidantes y hepatoprotectoras lo convierten en un suplemento interesante para adultos que buscan cuidar su hígado de manera natural. Sin embargo, conocer sus beneficios y posibles contraindicaciones es esencial para usarlo de manera segura y efectiva.
La N-acetilcisteína (NAC) es una forma acetilada del aminoácido cisteína, ampliamente utilizada como suplemento antioxidante y protector hepático. NAC es conocida por su capacidad de aumentar los niveles de glutatión y por su uso en el apoyo a la salud respiratoria.
La melatonina es una hormona producida por la glándula pineal que regula el ciclo sueño-vigilia. Su liberación aumenta cuando disminuye la luz, favoreciendo el inicio del sueño.
El magnesio en polvo es una de las formas más utilizadas de este mineral esencial. Unas de las más comunes es el carbonato de magnesio, una sal mineral con usos que van desde el apoyo muscular hasta el cuidado digestivo.
La lactoferrina es una glicoproteína presente en la leche y en fluidos corporales como lágrimas y saliva. Su función principal es unirse al hierro, modulando su disponibilidad y actuando como barrera natural frente a bacterias y virus.
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